Todos los años, cuando finaliza el invierno y las temperaturas suben, comenzamos a preparar y arreglar de nuevo nuestras plantas con la entrada de la primavera y es cuando nos llevamos la sorpresa de que unas de las plantas ornamentales más queridas como son nuestros geranios, gitanillas y pelargonios, que tan bonitos los habíamos tenido, está alicaídos y los tallos muestran claros síntomas de sequedad, pudrición o rotura. Es cuando sabemos que indefectiblemente nuestros distintos tipos de geranios han sido atacados por la mariposa del geranio.
¿Por qué tiene tanta importancia esta mariposa en concreto?. La mariposa de los geranios (Cacyreus marshalli), pertenece a la familia de los licénidos y procede del África austral y desgraciadamente se ha desarrollado de tal forma que ha llegado a ser considerada plaga en muy poco tiempo ya que sus orugas o larvas se alimentan exclusivamente de las plantas ornamentales de los geranios de los géneros Geranium y Pelargonium a las que termina por destruir totalmente. Fue a finales de la década de 1980 cuando inicialmente empezó a verse una nueva especie desconocida hasta entonces de mariposa por las Islas Baleares introducida accidentalmente con toda seguridad junto con plantas de geranios importadas de otros países y no procedentes de un trayecto migratorio desde África y rápidamente pasó a la Península donde se expandió por todas las Comunidades. Como todas las mariposas durante su desarrollo experimentan su metamorfosis pasando por los estados de huevo, oruga o larva, pupa o crisálida y mariposa y es exclusivamente la oruga o larva de esta especie la que se alimenta de los geranios lo que constituye una plaga al devorar vorazmente principalmente los tallos y también las hojas de nuestros geranios y pelargonios. Es posible empezar a ver a este insecto desde marzo a octubre, cuando las temperaturas son más elevadas y podemos encontrarlos desde que comienza la primavera hasta que llegan los primeros fríos, por lo que se pueden dar hasta 5 y 6 generaciones de mariposa del geranio por temporada. Esto significa que la amenaza estará presente durante varios meses, por lo que eliminar un primer ataque no implica que no vuelvan a ser atacados de nuevo nuestros preciosos geranios
La mariposa adulta no tiene un gran tamaño, pudiendo variar entre 15-30 mm de envergadura y pasa bastante desapercibida debido a su aspecto poco llamativo de color marrón en su superficie superior y grisáceo en la inferior de sus alas, con bordes y bonitos dibujos blancos que cuando están plegadas son visibles y la hacen ser más atractiva, tal y como podéis ver en las fotografías. Sus huevos son ornamentados, de color blanco y de pequeño tamaño 0,5 mm y la mariposa adulta los deposita sobre los sépalos y las brácteas de las flores de los geranios aunque también en menor medida en el envés de las hojas y tardan en eclosionar una semana aproximadamente.
Las larvas u orugas al nacer inicialmente son blanquecinas y pronto adquieren las características tonalidades verdosas con franjas longitudinalmente rosadas como se puede ver en la fotografía, taladran los capullos cerrados de las flores y llegan hasta los tallos donde se introducen en su interior y solo se puede detectar su presencia por los pequeños agujeros que son visibles en los tallos y si el ataque se ha producido recientemente además se ven pequeños montículos de restos vegetales al minar el interior del tallo y otras partes de la planta y dejar lo que podríamos decir coloquialmente como los escombros. La oruga continúa penetrando en los tejidos blandos interiores del tallo donde los va digiriendo y dejando sus restos de excremento negros en las amplias galerías que ha creado en el interior al haberle ido dejando totalmente hueco lo que termina por ocasionar la muerte del mismo y de la planta irremediablemente. Una vez vaciado el tallo, la oruga sale al exterior y se introduce en uno nuevo, puesto que curiosamente la vida que hace la oruga es siempre en el interior de ahí que no veamos estos gusanos, salvo que se rompan ocasionalmente por estar carcomidos. Cuando se desarrollan plenamente las larvas u orugas salen al exterior para hacer la crisálida de la que nacerá la nueva mariposa y volverá cerrar el ciclo poniendo nuevos huevos, desgraciadamente a diferencia de otros géneros de mariposas, la mariposa el geranio es activa todo el año y encima en España y en Europa por el momento tienen pocos depredadores que las reduzcan en su número.
Indudablemente el daño que causa es elevado, tanto en su aspecto ecológico al destruir las diferentes variedades de geranios y pelargonios como económicamente tanto a viveros como centros de reproducción y ventas a los que ocasionan grandes pérdidas de gran importancia en las ventas en este sector.
La prevención o erradicación de esta especie de mariposa se realiza mediante la aplicación de insecticidas a las plantas pero si ya se han introducido las larvas en el interior del tallo el efecto se verá bastante disminuido y solo serán efectivos aquellos insecticidas que penetren por absorción en el interior de la planta pero que llevan como contrapartida ser más tóxicos que los insecticidas de contacto superficial. Como solución temporal estaría el corte de los tallos dañados, que es lo que suelen hacer las personas particulares y aunque nos duela, lo mejor es realizar una poda drástica, pero esta solución no es viable a nivel comercial puesto que reduciría el tamaño de las plantas y por tanto su vistosidad se vería notablemente disminuida. Por supuesto, otra solución importante es el control biológico mediante la introducción de insectos depredadores específicos que parasiten las larvas y las destruyan comiéndoselas pero el estudio y desarrollo de los tipos de insectos depredadores es lento y específico para esta especie de oruga, por lo que de momento el control químico es el que mayoritariamente está siendo utilizado.