Fue en uno de los días más calurosos del mes de agosto, al salir a dar un pequeño riego a las plantas del jardín de mi casa, cuando observé una avispa que se movía frenéticamente sobre la tierra que recubre el parterre de plantas y con sus patas iba desplazando la arena a una velocidad vertiginosa a la vez que excavaba un agujero en el suelo. Me detuve a observar y en unos pocos minutos había creado una galería donde se introducía y en cuya boca se veían salir expulsadas pequeñas nubecillas de tierra y de vez en cuando salía la avispa para observar cómo iba su obra. Su aspecto de lejos tiene bastante parecido con las avispas que vemos habitualmente y que hacen en diferentes sitios sus avisperos o nidos con múltiples celdillas fabricadas con madera masticada, lo que les da a las paredes de las celdillas su aspecto similar al papel. Sin embargo cuando las vemos más de cerca se notan las diferencias, tanto en su morfología como en sus hábitos, además de ser individuos que suelen verse más solitarios, estas no construyen el nido con celdillas sino que excavan galerías en diagonal que terminan en una pequeña cámara que llegan a alcanzar hasta 20 cm de profundidad en distintos sitios donde depositan los huevos y sus larvas durante su desarrollo son alimentadas de una forma bastante curiosa. Se las considera normalmente inofensivas para las personas y es en verano cuando muestran su mayor actividad, de tamaño hasta 2 cm, estas avispas pertenecen al género Bembix, que es un himenóptero de la familia de los crabrónidos (Crabronidae), del que se conocen en España hasta 10 especies distintas pero muy parecidas entre sí, solamente diferenciables por los expertos entomólogos.
Las hembras de este tipo de avispas, construyen las galerías en la arena donde depositan la presa cazada anteriormente, habitualmente moscas, a la vez que ponen el huevo del que posteriormente saldrá la larva y es en estas galerías donde los machos buscan a las hembras para realizar la cópula. Como curiosidad indicar que la avispa clava el aguijón a la mosca que caza y sin embargo el veneno no la mata, la deja paralizada y entonces se la lleva a la galería para que la larva se vaya alimentando de la mosca cazada donde cada que vez que sale vuelve a tapar la entrada, a pesar de lo cual, recuerda el sitio con exactitud y vuelve a abrir la galería para introducir las nuevas presas cazadas. Esta clase de avispas no suelen cerrar totalmente las galerías o nidos como hacen otros tipos de avispas, sino que van llevando más presas a la larva mientras esta va creciendo. Otras características que las diferencian de otras avispas son; sus grandes ojos verdosos ovalados sus alas totalmente transparentes y sobre todo y a la vez difícil de ver, ya que la mayor parte de las veces lo lleva plegado, es su característico labio superior de la boca en forma de pico alargado con el que absorben el néctar de las flores.