Recuerdo cuando era un niño todavía y mi madre me daba unas perras para que fuese a comprar al puesto de las verduras del mercado pegado al lado de mi casa, las tan deseadas batatas, para luego asarlas en el horno de carbón de la pequeñísima cocina y merendártelas en la mesa camilla del saloncillo de la modesta casa, oyendo de rebote la novela que radiaban en las tristes tardes del invierno de las que eran tan asiduas mi madre y la Rita, nuestra vecina de toda la vida y la que me socorría habitualmente cuando enfadaba a mi madre y me retenía en su casa hasta que a mi madre se le pasaba la ofuscación. Que ricas te sabían, rebañando en el interior para extraer la anaranjada y dulce pulpa con una cucharilla que lamías y relamías hasta la saciedad e incluso si no estaba quemada, te comías hasta la piel tostada por el horno de leña. Yo, ya conocía y veía también los boniatos que vendían en el puesto de verduras pero estos sin embargo no los asábamos en mi casa, posteriormente comencé a conocer que estos se cocían y cocinaban en los guisos con verduras y carnes y eran complemento de las mismas.
Posteriormente al ir siendo más mayor en comidas entre familiares, amigos, comidas de trabajo, en las que nuestra lengua suele adquirir mayor desarrollo continuaron dándose las típicas discusiones de que era una u otra especie y se mezclaban las respuestas de tal forma que ya no sabías si estabas hablando de batatas, boniatos o de un plato del dichoso Masterchef, solo había una cosa más menos clara, que el boniato era más o menos blanquecino y más estilizado frente a la batata más anaranjada y rechoncha, claro está, todas estas apreciaciones producto de mis pobres conocimientos tanto botánicos como de restaurador. Pues bien, esto me dio la idea, de considerar aquí cuales son las diferencias, si las hay, cual es uno u otra, para al menos en esta ocasión clarificar y ayudar algo más, si es posible, sobre las diferencias entre ambos o por el contrario continuar con un amplio debate que puede terminar en establecer un referéndum a nivel nacional con votación incluida al respecto.
Tanto la batata como el boniato, también conocidas comúnmente por los nombres de moniato, papa dulce, patata dulce o camote, son los tubérculos que, si bien los podemos encontramos en cualquier época del año, son los meses más fríos, en especial, el otoño cuando es su época de recolección y consumo. Son en definitiva, las raíces comestibles engrosadas en forma de racimo a partir de las cuales se desarrollan los tallos de la planta herbácea trepadora Ipomoea batatas, originaria de América Central y América del Sur, que fue traída a Europa a finales del siglo XV tras los viajes de Cristóbal Colón y que posteriormente su cultivo se extendió por todo el mundo.
A pesar de las dudas y discusiones que se han ido estableciendo, tanto la batata como el boniato proceden de la misma planta, aunque de diferente variedad y esto que significa, pues que una variedad es aquella que se diferencia de la especie típica en algún carácter diferente al resto de los que componen la especie, por ejemplo, color, sabor, textura, etc. Fundamentalmente, aquí en España los principales caracteres para diferenciar ambas variedades son, tanto el color de la piel, cuando la piel es más clara se le suele llamar boniato, mientras que cuando la piel es marrón anaranjada se la suele llamar batata, como la textura de la carne de la pulpa, en el caso de la batata la pulpa es menos consistente por lo que al cocerla se ablanda mucho más que la pulpa del boniato que no suele ablandarse o lo hace en menor medida. En general, el boniato tiene un color blanquecino tanto en la parte exterior como en la interior y la batata es más anaranjada en su interior y marrón anaranjada en su parte externa y además el boniato blanco contiene más almidón y menos azúcares, por tanto suele ser menos dulce que la batata.
Desde el punto de vista nutricional, ambas especies comparten innumerables propiedades beneficiosas por su contenido en vitaminas A y C, también en vitaminas B y E, aunque en menor medida, minerales como potasio, magnesio, hierro y calcio, elevado contenido en fibras que favorecen la regularización de la actividad intestinal y el aporte de proteínas para suministrar los aminoácidos necesarios para el crecimiento y mantenimiento de nuestras células y tejidos, junto con flavonoides y antocianinas componentes que muestran gran eficacia antioxidante y antienvejecimiento.
En Gastronomía, batatas y boniatos dan mucho juego en la cocina tanto en platos dulces como salados. Asados al horno o a la brasa, al vapor junto a unas verduras, en estofados de ternera con boniato y setas, asados y con rellenos, para guarniciones, guisos de sepia con boniato, etc. Se pueden freír y en guarnición en lugar de las patatas, y también se pueden utilizar en un sinfín de recetas dulces y postres en combinación con frutas.
En fin espero, que con estas sencillas explicaciones la próxima vez que se hable de batatas y boniatos ya habremos aprendido un poco más sobre los mismos…..