Las conchas marinas. Gasterópodos y Bivalvos

Creo que mi afición por las conchas marinas o caracolas empezó cuando siendo muy pequeño en los veraneos en la playa cuando mis padres me ponían el horrible gorro de paja de moda para que no cogiera una insolación, yo me escabullía dando un paseo por la  playa y aprovechaba que no me veían para quitarme de la cabeza el horrible gorro a la vez que me entretenía buscando las pequeñas conchas que emergían de la arena al retroceder constantemente las olas que llegaban a la orilla de la playa. Las iba recogiendo y guardando como un pequeño tesoro y cuando regresábamos a Madrid las miraba y remiraba los primeros días hasta que me iba olvidando de ellas guardadas en un cajón porque pronto empezaban las clases de un nuevo curso en el colegio. Ya de mayor, fui poco a poco adquiriendo ejemplares de mayor tamaño en las cestas de los bazares de recuerdos de las ciudades costeras que iba visitando y de ahí pasé a coleccionarlas e identificar las que adquiría en ferias y tiendas pioneras especializadas en regalos y colecciones relacionadas con la naturaleza.

Los moluscos forman uno de los grandes filos del reino animal, son invertebrados (carecen de columna vertebral), tienen un cuerpo blando, pueden estar protegidos o no por una concha, son tanto marinos, como de agua dulce o terrestres y constituyen algunos de los géneros y especies del filo Mollusca. Integran un nutrido y variado grupo del que se conocen actualmente unas 100000 especies  y sus formas son de sobra conocidas, por ejemplo, marinos y con concha; almejas, mejillones, navajas, ostras, berberechos, nautilus, etc..; marinos y sin concha, calamares, pulpos, sepias, o terrestres; caracoles y babosas (estas últimas sin concha). Aunque hay también moluscos de agua dulce provistos de concha, en este pequeño y resumido artículo “Las conchas marinas”, vamos a preocuparnos solamente de aquellos moluscos que viven en mares y océanos y que están provistos de concha, de ahí el título del artículo y para empezar, vamos a detallar que es la concha de los moluscos y como se forma.

La concha es el caparazón duro que sirve de protección a las partes blandas de los moluscos de los ataques de los depredadores, además de protegerlos de una posible desecación o deshidratación por los rayos directos del sol. De una forma, lo más sencilla posible, podemos decir que las conchas se forman lentamente durante el desarrollo del molusco mediante una deposición lenta y progresiva de carbonato de calcio, que se origina debido a la absorción del calcio que los animales consiguen de los alimentos que consumen. El manto o la capa a modo de piel más externa del molusco es la que segrega los componentes que van formando alrededor de su cuerpo la concha calcárea y que está constituida por tres capas: periostraco (capa externa), que es una capa delgada de conquiolina (es una proteína compleja segregada por el epitelio del molusco) de naturaleza orgánica y que su función es la de proteger al resto de la concha de la acidez y salinidad marina, mesostraco (capa intermedia) que está calcificada y pueden ser muy gruesa, donde aparecen cristales prismáticos de carbonato cálcico, en forma de aragonito o calcita y es la causante de dar a la concha el armazón y la dureza necesaria y endostraco (capa interna) mucho más fina también conocida por nácar o madreperla y que está formada por una mezcla orgánica de capas de conquiolina y cristales de aragonito que podríamos decir que es la que pule y acondiciona la parte interna de mayor contacto con el molusco. En ciertos moluscos la segregación del nácar que se deposita en la parte interior de la concha se está produciendo a la vez que se están eliminando desperdicios procedentes de la alimentación y en determinadas ocasiones el molusco no logra deshacerse del desperdicio lo que da lugar a una especie de quiste que se va recubriendo poco a poco de sucesivas películas nacaradas que terminan formando las conocidas perlas, este quiste permanecerá tanto como viva el animal. La concha además tiene la capacidad de crecer continuamente puesto que se ajusta al propio crecimiento del animal marino y de regenerarse, si se rompe o se raja, ya que una serie de sustancias generadas por el molusco se depositan en las hendiduras o grietas para incrementar la cantidad de calcio y así proporcionar un nuevo relleno. La concha tiene varios períodos de crecimiento y crece en dos direcciones, la que da origen a la forma de la superficie exterior y la que origina las cámaras interiores, las distintas direcciones en los que la concha se desarrolla y como se forman las cámaras interiores es lo que hace que la concha del molusco de cada especie tenga un aspecto diferente. Por último, la concha puede estar constituida por una o dos piezas los que las divide y las hace perfectamente diferenciables en dos grandes grupos, gasterópodos y bivalvos.

Los gasterópodos con concha, forman una sola concha enrollada (a veces sin enrollar) generalmente de forma cónica, enroscada en hélice sobre un eje denominado columela que puede ser macizo o hueco. En el ápice, punta o vértice es donde se inicia el crecimiento de la concha, a las separaciones entre las vueltas de la concha se las denominan suturas y al conjunto de todas las vueltas menos la última se le denomina espira. La última vuelta siempre suele ser mucho más grande que las demás y termina en la abertura de la concha con un borde que se denomina peristoma, más o menos dentado y una terminación a modo de canal o en forma de tubo cerrado que se conoce por canal sifonal. La superficie de la concha toma diferentes formas, puede ser lisa o con estrías más o menos marcadas, costillas, espinas, abultamientos múltiples e incluso la forma de ir enrollándose la concha puede ser en el sentido de giro de las agujas del reloj (dextrorsas), o en el sentido contrario (sinistrorsas). En cuanto a la forma de la concha es enormemente variable, en espira, enrollada, cónica, bicónica, etc. Por último, a veces tienen lo que se denomina el opérculo que es una tapa calcárea dura que cierra la abertura de la concha a modo de protección y que va creciendo de acuerdo al tamaño de la abertura (recordad las pequeñas capas negruzcas tan desagradables de quitar de los bígaros cuando los extraemos con el alfiler).

Los bivalvos son moluscos acuáticos, excavadores para poder enterrarse bajo la arena y marinos en su mayoría. Su concha, está formada por dos piezas o valvas, simétricas, una izquierda y otra derecha, generalmente del mismo tamaño y de forma ovalada, redondeada o alargada que están unidas por una peculiar bisagra o ligamento elástico. Cada una de las valvas termina con una protuberancia (umbo) en el borde dorsal y está en el lado opuesto al ventral. Cada una de las superficies externas de la concha suelen tener líneas concéntricas  que se las conoce como líneas de crecimiento y además a veces partiendo del vértice (umbo) de la cara pueden también desarrollarse líneas radiales que le dan un aspecto a modo de red, también pueden aparecer sobre la superficie, espinas, costillas o tubérculos (ostras) o una o dos prolongaciones en ambos lados del umbo que se las denomina orejillas (vieiras) que no tienen por qué ser iguales. En la cara interior de las conchas se encuentran otros componentes esenciales en las conchas bivalvas, un ligamento elástico que une a las valvas y la charnela que se asemeja a una especie de dentadura con dientes y fosetas que articula las valvas y ajusta mejor el cierre hermético entre las mismas.

Y una pregunta que nos hacemos habitualmente es ¿por qué las conchas tienen tantos colores y dibujos? Fundamentalmente dependen de diversos factores, de la especie de molusco que la habita, del tipo de alimentación que consume y del hábitat donde vive. Está comprobado que los colores los usa como medio de camuflaje frente a los depredadores, también dependen de la cantidad de luz que reciben y habitualmente son colores más claros cuando están más cerca de la superficie y reciben más directamente los rayos solares siendo más oscuros cuando se encuentran en las profundidades del mar y por supuesto el tipo de alimento que comen y la asiduidad con que comen, cuando lo hacen regularmente los colores son más uniformes frente a periodos más largos de abstinencia en que las conchas suelen presentar motas, manchas, vetas, etc., que son indicativas de periodos más o menos largos sin comer o dificultades para encontrar alimento.

Para finalizar, indicar que las conchas marinas (caracolas) son apreciadas tanto por su gran belleza como por el uso que se puede dar tanto al animal como a la propia concha, muchas de las especies de moluscos marinos provistos de concha están considerados como una importantísima fuente de alimentos y son ingredientes fundamentales de la gran cocina. Ya eran conocidos en las comunidades primitivas las conchas marinas y eran utilizadas para confeccionar herramientas de trabajo, instrumentos musicales, utensilios de guerra, recipientes para líquidos, objetos de intercambio, joyas y artículos ornamentales de la vestimenta. Además en la actualidad continúan siendo considerados como objetos de decoración de alto valor y coleccionismo.

Y recordad, la próxima vez que tengáis en vuestras manos una concha, seguro que os fijáis en muchos más detalles que desconocíais hasta ahora y por supuesto, es muy importante y no hay que olvidar que también proporcionan maravillosos beneficios para el ecosistema marino y su biodiversidad, actúan como bioindicadores y ayudan a limpiar las aguas del mar, su presencia es un buen indicador de la buena salud en el ecosistema, los animales terrestres y marinos se sirven de sus restos y los utilizan como escondite o refugio, incluso actúan regulando los excesos de algas al servir como alimento a los moluscos marinos, reducen la erosión de las playas e incluso una vez muertos se convierten en nutrientes para otros organismos o bien se incorporan a la arena como un elemento más de la misma.

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